Por un lado tenemos los

endometriosis-carnes-rojas Interesante estudio sobre Endometriosis, Nutrición y Metabolismo realizado por Lic. Edna Judith Nava González, quien es Coordinadora del Área de Formación de Nutriología Clínica: Enfermedad y Coordinadora de Desarrollo Institucional en la Facultad de Salud Pública y Nutrición, UANL.

Aunque es un estudio preliminar se empiezan a observar algunas conclusiones interesantes:

La ingesta alta de grasas animales y de grasas trans podría asociarse a un riesgo incrementado de enfermedades metabólicas y endometriosis, y que la modificación de los hábitos alimentarios se antoja crucial y como el primer paso para interferir en la aparición de la enfermedad.

El estudio preliminar demuestra que las fuentes primarias de grasa animal ingerida por las participantes fueron las carnes rojas y grasas saturadas, y concuerda con el único estudio humano publicado a la fecha por el Dr Parazzini en 2004, quien demostró en 504 pacientes con diagnóstico confirmado laparoscópicamente de endometriosis y una cuidadosa información dietética de ingesta de alimentos, que a mayor ingesta de carnes rojas y embutidos hubo un riesgo incrementado en el desarrollo de endometriosis.

Un consumo de grasa en exceso, rica en omega 6 y pobre en omega 3, un consumo elevado de carnes rojas y embutidos, deficiencia en vitaminas C y B12 y fibra, presencia de resistencia a la insulina e hiperinsulinismo, son factores que al parecer promueven la aparición de la endometriosis.

Resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina es una condición en la que las células del cuerpo no responden de manera eficiente a la insulina, una hormona producida por el páncreas que permite a las células usar la glucosa (azúcar) en la sangre como fuente de energía.

En una persona sin resistencia a la insulina, la insulina se une a las células y les permite absorber la glucosa de la sangre. Sin embargo, en una persona con resistencia a la insulina, este proceso no funciona correctamente y las células no pueden absorber la glucosa de manera eficiente. Como resultado, el nivel de azúcar en la sangre aumenta, lo que lleva a la prediabetes o la diabetes tipo 2.

Además, cuando el nivel de glucosa en la sangre permanece alto después de una comida, el páncreas produce aún más insulina para intentar bajar el nivel de azúcar en la sangre. Esto lleva a niveles altos de insulina en la sangre, conocidos como hiperinsulinemia.

La resistencia a la insulina puede estar influenciada por varios factores, incluyendo la genética, la edad, el sedentarismo y ciertas condiciones de salud como la obesidad, especialmente la grasa abdominal. Algunos de los síntomas de la resistencia a la insulina incluyen fatiga, hambre constante, dificultad para concentrarse y aumento de peso, especialmente alrededor de la cintura. Sin embargo, a menudo la resistencia a la insulina no tiene síntomas claros hasta que se desarrolla la prediabetes o la diabetes tipo 2.

El tratamiento para la resistencia a la insulina a menudo implica cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, ejercicio físico regular y la pérdida de peso si es necesario. En algunos casos, también es necesario el uso de medicación.

Hiperinsulinismo

El hiperinsulinismo es una condición en la cual el cuerpo produce demasiada insulina. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite a las células del cuerpo usar y almacenar glucosa, la principal fuente de energía del cuerpo. Cuando se produce demasiada insulina en niveles bajos de glucosa en la sangre, se da una condición conocida como hipoglucemia.

En ocasiones, el hiperinsulinismo es congénito (presente desde el nacimiento) o adquirido. El hiperinsulinismo congénito es una condición genética rara en la que las células del páncreas del bebé producen demasiada insulina. Los niños con esta condición presentan hipoglucemia y necesitar tratamiento médico para mantener los niveles normales de azúcar en la sangre.

El hiperinsulinismo adquirido es más común y es causado por condiciones como la resistencia a la insulina, ciertos tumores del páncreas, o como efecto secundario de algunos medicamentos.

Los síntomas del hiperinsulinismo varían dependiendo de cuán bajos sean los niveles de azúcar en la sangre. Por un lado los leves incluyen temblores, sudoración, hambre y latidos cardíacos rápidos. Por otro lado los síntomas más graves incluyen confusión, comportamiento anormal, convulsiones e incluso pérdida de la conciencia.

El tratamiento del hiperinsulinismo depende de la causa subyacente. En algunos casos, supone cambios en la dieta, medicamentos para reducir la producción de insulina o, en casos más graves, cirugía para remover parte o la totalidad del páncreas.

Mas información y descargas del informe en Endometriosis México

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