La fecundación in vitro (FIV) es una de las técnicas de reproducción asistida más conocidas y, al mismo tiempo, una de las que más mitos ha generado en torno a su eficacia, riesgos y accesibilidad. Este procedimiento ha permitido a miles de personas y parejas con problemas de fertilidad cumplir el sueño de ser padres, pero todavía persisten ideas equivocadas que conviene aclarar. Este artículo ofrece información precisa y actualizada sobre la fecundación in vitro, su relación con la fertilidad y las principales causas de la infertilidad, desmitificando algunas creencias erróneas frecuentes.
Fertilidad y Fecundación in vitro: lo que hay que saber
La fecundación in vitro es un tratamiento médico que consiste en la unión del óvulo y el espermatozoide fuera del cuerpo de la mujer, en un laboratorio especializado. Una vez formado el embrión, se transfiere al útero con la esperanza de que implante y evolucione en un embarazo.
Es importante destacar que la FIV no es un procedimiento exclusivo para casos graves de infertilidad. Se utiliza en múltiples situaciones: desde obstrucciones en las trompas de Falopio o endometriosis, hasta alteraciones en la calidad del esperma o edad avanzada de la mujer. También es una opción para mujeres solas o parejas del mismo sexo que desean tener hijos.
Un mito habitual es creer que la fecundación in vitro garantiza el embarazo. Si bien las tasas de éxito han mejorado gracias a los avances tecnológicos, estas varían en función de factores como la edad, el diagnóstico específico y la calidad embrionaria. Por ejemplo, mujeres menores de 35 años tienen tasas de éxito superiores al 40%, mientras que en mujeres mayores de 40 años, estas pueden ser considerablemente más bajas.
Otro mito común es que los tratamientos de FIV siempre resultan en embarazos múltiples. Aunque esto fue más frecuente en los inicios de la técnica, hoy en día se tiende a transferir un único embrión para reducir riesgos, gracias a una mejor selección embrionaria y al desarrollo de la transferencia embrionaria en diferido (embryo freezing).
Además, se suele pensar que es un procedimiento doloroso o extremadamente invasivo. En realidad, la mayoría de las etapas son ambulatorias y bien toleradas. Lo más relevante es que el tratamiento sea personalizado y supervisado por un equipo médico especializado.
Causas de la infertilidad: señales de alerta y factores clave
Comprender las causas de la infertilidad es esencial para decidir cuándo consultar a un especialista. Muchas personas se preguntan «cómo saber si soy infértil«, especialmente después de varios meses de intentar concebir sin éxito. De forma general, se considera que puede existir un problema de fertilidad cuando una pareja lleva más de un año manteniendo relaciones sexuales sin protección y no logra un embarazo. En mujeres mayores de 35 años, este plazo se reduce a seis meses.
Existen múltiples causas de infertilidad, tanto femeninas como masculinas. En el caso de la mujer, los factores más comunes incluyen alteraciones ovulatorias, problemas en las trompas de Falopio, endometriosis y disminución de la reserva ovárica. En los hombres, los problemas suelen estar relacionados con la calidad del esperma: concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides.
La edad fértil de la mujer es otro factor determinante. Biológicamente, la fertilidad femenina alcanza su punto máximo entre los 20 y los 30 años. A partir de los 35 años, la capacidad reproductiva comienza a descender de forma significativa, tanto en cantidad como en calidad de los óvulos. Por ello, muchas mujeres que desean postergar la maternidad optan por la preservación de la fertilidad mediante congelación de óvulos.
Otros factores que pueden influir en la fertilidad incluyen enfermedades autoinmunes, infecciones de transmisión sexual, obesidad, tabaquismo, estrés y exposición a contaminantes ambientales. También existen causas inexplicables, en las que, a pesar de los estudios realizados, no se logra identificar una razón específica.
Por consiguiente, la fecundación in vitro representa una solución eficaz y segura frente a muchas causas de infertilidad, pero no debe considerarse un tratamiento milagroso. Lo fundamental es acudir a una consulta médica especializada ante cualquier duda sobre la fertilidad, realizar un diagnóstico adecuado y tomar decisiones informadas sobre las distintas alternativas disponibles. Con conocimiento, apoyo y asesoramiento profesional, el camino hacia la maternidad o la paternidad puede ser más claro y esperanzador.
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